Para terminar la visita a Marruecos, os dejo un par de pinceladas de Tánger, a un paso de España y muy buena opción si lo que se quiere es saber si estamos preparados para visitar el resto del país, muy amado por muchos, pero también no deseado por otros...
Lo primero, un buen desayuno marroquí con vistas incluídas en el café Hafa en el barrio de Marshan, un oasis romántico y bohemio donde disfrutar de un verdadero té marroquí. El cantautor Luis Eduardo Aute le compuso una canción a este mágico lugar. ESCUCHAR CANCIÓN
Con las pilas cargadas el lugar perfecto para empezar el paseo por la ciudad, es el punto en el que la vieja ciudad y la moderna se encuentran: el zoco, el verdadero corazón de Tánger que ofrece toda una gama de culturas, religiones, lenguas... además de miles de puestos donde comprar sobre todo artesanía en cuero, especies y antigüedades. Como en todos los mercados marroquís, hay que tener mucha paciencia y rebuscar mucho. No es apto para impacientes, pero es perfecto para los amantes de los mercadillos.
Cerca del zoco hay otro oasis, para cuando se necesite algo de paz o para tomar un pequeño snack y recuperar fuerzas: los jardines Mendoubia, con árboles de más de ochocientos años. Y para terminar el día, nada mejor que disfrutar del hammam y cena del riad La Tangerina. ¡Todo un placer!
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