San Francisco con mis botas de Crossroads Trading Co. (II)

El punto de partida es Union Square, la zona más comercial de la ciudad. No dejéis de visitar Macy's - y su increíble planta de vestidos -, Victoria's Secret, Borders y la flagship store de Levi's y su original sección de customización. En esta moderna plaza podréis disfrutar del más puro ambiente sanfranciscano: gente tumbada en el césped, con su laptop o libro... Si os apetece algo dulce no lo dudéis: STRAWBERRY CHEESECAKE en The Cheesecake Factory en la terraza de Macy's. ¡No hay otra igual!
Con fuerzas suficientes para un buen paseo, el de hoy sigue por Grant Ave para entrar a Chinatown y adentrarse en "otro mundo", en la colonia china más grande del mundo. La visita merece la pena, aunque no apta para olfatos delicados... Pero hay que ir y está de camino a Little Italy. Andamos hacia el Norte por Columbus Ave y encontramos un atrevido restaurante The Stinking Rose, para amantes del ajo (Sorry, Vicky Beckham!). No he estado, pero debe tener su "algo"... ¡las celebrities tienen otro en Beverly Hills!

Desde Little Italy, dos visitas recomendadas: ir a Washington Square (donde los vecinos más longevos de Chinatown hacen "ejercicio") y subir a Telegraph Hill - donde se encuentra el monumento a Cristobal Colón y a los bomberos de SF - para disfrutar de increíbles vistas del Financial District y la bahía, el Golden Gate Bridge y Alcatraz (si la niebla lo permite). ¡Las vistas merecerán el esfuerzo de la subida!

Por Stockton St (y cuesta abajo) se llega al famoso Pier 39: focas, tiovivo, restaurantes (el de Forrest Gump: Bubba Gump; la comida no es gran cosa, pero tiene su gracia), tiendas de todo lo imaginable e inimaginable: chocolate, charms, magia y... una tienda para zurdos. ¡Si la idea es comprar muchos souvenirs, éste es el lugar y os llevará un rato recorrerlo!

Continuamos por Fisherman's Warf (más tiendas y restaurantes...) y el Museo del Pan de Boudin Bakery donde se puede degustar un plato tradicional de SF: Clam Chowder, una especie de sopa de marisco servida en un pan a modo de bol. ¡Perfecto si el tiempo traicionero se ha torcido! También recomendada la visita a IN-N-OUT Burger. En la carta sólo dos hamburguesas californianas de calidad, pero... ¡hay opciones secretas! Para más de uno no parar en este restaurante es motivo de crisis... ;)

En Steve and Barris (The Cannery Shopping Center) podréis comprar prendas de Sarah Jessica Parker y otras marcas de originales diseños, todo ¡¡baratísimo!! (PD: Creo que ya ha cerrado...) Y... para rematar el día (el bolsillo y el hambre), hay que acercarse a Ghirardelli Square, ¡lugar de culto para los más chocolateros!

De ahí podemos volver al punto de partida cogiendo el Cable Car (línea Powell-Hyde), porque nos hemos recorrido media ciudad e iremos cargados de bolsas, así que... ¡ésta vez os perdono volver andando!

Por cierto, muy cerquita del final de nuestra ruta está uno de los mejores restaurantes de la ciudad: Gary Danko (chef Relais & Châteaux) donde disfrutar de una cena de lujo para deleite de los paladares más exigentes. Aviso a los sibaritas: hay que reservar con meses de antelación.

San Francisco con mis botas de Crossroads Trading Co.

Tuve la oportunidad de estar estudiando en Berkeley y viviendo en San Francisco durante 9 meses hace un par de años. La experiencia fue única. Recomiendo a todos los que no hayan visitado la ciudad ir en cuanto tengan una oportunidad. Y a los que hayan estado, volver. En San Francisco siempre hay algo nuevo por descubrir.


Mis amigas y yo pronto nos aficionamos a Crossroads Trading Co. sin saber que era una tienda donde podías comprar, vender e intercambiar ropa de segunda mano. De allí salieron mis botas ochenteras, de piel, con poco tacón (perfecto para las cuestas de San Francisco) y superponibles.
Las compré porque eran baratas, parecían buenas (han resultado serlo) y porque me había ido a San Francisco poco preparada, pensando que en California siempre hacía buen tiempo... (¡Qué ilusa! La bahía de SF provoca un clima un tanto peculiar, por no decir disparatado: un día podíamos ir con sandalias y al siguiente teníamos que ir con botas altas y leotardos!)

El caso es que las botas fueron todo un éxito - me pararon un par de veces por Powell Street para preguntarme dónde me las había comprado - fueron mis grandes compañeras de paseos por SF y alrededores y siguen siéndolo hoy aquí en Madrid.


En la siguiente entrada podréis ver todo lo que descubrí en San Francisco de la mano de este par de botas. ¡Espero que disfrutéis del paseo!